viernes, 1 de junio de 2018

La paz y el diálogo de Nicolás


La verdadera política es la que se transforma cada día, bajo el concepto de la dialéctica, y no de falsos positivos que buscan crear zozobra y caos en el país nacional. Por ello, las elecciones del 20 de mayo, donde se legitimó a Nicolás Maduro como presidente de la República con 6.248.864 votos, que representa el 67,84%, el mandatario nacional  ha reiterado, una vez más, la convocatoria al diálogo con diferentes factores de la vida nacional, bajo la bandera de la paz. Cuestión que algunos grupos de opinión y fuerzas políticas no lo aceptan.
Revisando los hechos que se originaron desde el 2013, desde la misma noche que ganó Maduro, nadie puede negar que ha sido el único presidente que en toda la vida republicana ha sido vilipendiado, asediado y, más aún, destituido por una Asamblea Nacional que en su locura de crear un gobierno paralelo, se ha querido constituir en un Poder Supraconstitucional.
Nicolás, con la sindéresis del líder del socialismo del siglo XXI, bajo el legado del Comandante Hugo Chávez, invoca los valores cristianos para buscar el reencuentro entre los venezolanos, a pesar de la insistente guerra económica y mediática que vive la República Bolivariana de Venezuela, con una plantilla de comunicadores sociales,  han constituido el grupo los Perros de la Contracomunicación, bajo el financiamiento del Departamento de Estado gringo.
Con cuatro procesos comiciales, que se inició el 30 de julio de 2017, con la elección de la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro se ha mostrado como un político con carácter estratégico y muy hábil en la toma de decisiones,  para amortiguar todos esos flancos que han buscado socavar la republicanidad.
 Por ello, todas esas acciones, como convocar a la banca, medios de comunicación, partidos políticos, cuerpo diplomático, grupos empresariales, tiene como objetivo nuclear y comprometer  a los principales sectores de la vida nacional, en la búsqueda de una agenda que contenga soluciones tangibles.
Escuchar los planteamientos de la banca, no significa que vaya a aprobar todo lo que pidieron. Haber dado la libertad al gringo, Joshua Holt, es un mensaje a Donald Trump que por los canales diplomáticos se puede llegar a concertar un diálogo directo. El presidente necesita romper el cordón umbilical que la Casa Blanca tiene con la oposición. Ya con España ocurrió lo que tenía que ocurrir. El Congreso de Diputados, destituyó a Mariano Rajoy, quien propició esos cercos económicos y políticos, a solicitud de Antonio Ledezma y Julio Borges, apátridas y parias que se han quedado sin la protección de ese perseguidor de la democracia, como ocurrió con los líderes de Cataluña. Borges y Ledezma ya no tendrán como guarida a España, ahora deberán buscar la protección de Macri, Varela, Vizcarra, Piñera,  Uribe, Santos y Temer, para seguir siendo los proxenetas de la política, y chulearse a estos miembros del Grupo de Lima, para mantener el ritmo de vida que llevan y sigan difundiendo por el mundo las arrogancias antibolivarianas, como los ciudadanos Kane que manipulan a las grandes corporaciones mediáticas.
Estamos claros que el pueblo requiere respuestas inmediatas, pero eso se logra con diálogo y paz, y no con los casquillos que algunos grupos pretenden inyectarle a la gente para seguir generando lo que no han logrado hasta ahora: Un estallido social. Tenemos un cerco mundial, el cual hay que implosionarlo, atacando la burocracia, la corrupción, el bachaquerismo, y todas esas debilidades que corroen una nación. Eso se logra con la experiencia que tiene Nicolás como canciller, bajo su lema “El camino para el siglo XXI es la paz, la libertad verdadera". Yo estoy con el presidente obrero y heredero del legado del Comandante Eterno Hugo Chávez.

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