Llamar a constituir un movimiento que saque a la brevedad posible al gobierno de Hugo Chávez, es una afirmación que se podría calificar de temeraria y de desconocer el orden constitucional. Y es que esa información publicada en algunos medios de comunicación, en referencia a la rueda de prensa dada por Oswaldo Alvarez el pasado miércoles, presupone lo que se ha venido analizando en los últimos meses: una estrategia para un nuevo Golpe de Estado.
Esto no es un invento. Es una realidad que quedó plasmado en los medios impresos, donde el mismo Alvarez Paz propone el cambio del nombre de la República que constitucionalmente es República Bolivariana, por otra denominación que, de acuerdo al ex dirigente copeyano, debería ser en un tiempo muy corto como República Democrática de Venezuela.
Al proponer desde el estado Anzoátegui, la sustitución del actual gobierno por otro que se ajuste a las necesidades venezolanas, nos hace recordar aquel famoso 12 de abril de 2002, cuando el breve Procurador de República, Daniel Romero, en la lectura del Decreto Carmoniano, sustituía la República Bolivariana por República de Venezuela. Con un escenario distinto, hoy nos preocupa lo que pudiera estar preparando la Mesa Democrática en su estrategia para las elecciones parlamentarias del 26-S.
Así como los dirigentes tradicionales de oposición secuestraron el proceso electoral para la selección de sus candidatos para la Asamblea Nacional, el propio Oswaldo Alvarez Paz ha dicho que el movimiento que propone es de acción política, y tiene como objetivo inmediato trabajar para poner “punto final a este régimen”. Es decir ir por Chávez.
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