De manera extraña hemos observado como últimamente la República de Colombia se ha convertido en plataforma comunicacional de voceros de los Estados Unidos, para cuestionar la política interna de Venezuela. Recientemente, los representantes del departamento de Estado para Latinoamérica y la secretaría de Defensa del país norteño insisten que nuestro país debe dar a conocer cuánto ha gastado en armas y cuál sería su uso.
Por ejemplo Frank Mora, subsecretario de Defensa de Estados Unidos, en una entrevista publicada en el diario El Tiempo de Colombia, ha dicho que a Estados Unidos le preocupa el “porqué de esta compra masiva de nuevo armamento deben crearse mecanismos de confianza”. Como comunicador social, me pregunto: Acaso el gobierno de George Bush le llegó a informar al pueblo de Irak el tipo de armamento que usaron para su exterminio.
Sin embargo, para conocimiento de nuestros lectores de acuerdo a un informe, el propio gobierno de Estados Unidos tiene la mayor proporción presupuestaria para la adquisición y compras de armas. Para ello, el propio presidente del país norteño, Barak Obama, ha solicitado al parlamento norteamericano el incremento armamentista para el 2010.
La autodeterminación de los pueblos, es uno de los principios universales proclamado por la Organización de Naciones Unidas en su carta fundamental. Pero, pareciera que Colombia y el gobierno norteamericano no lo ven de esa manera.
Con la instalación de las siete bases militares en suelo colombiano y ahora como base comunicacional en medios de ese país, Venezuela dará respuesta a cada acción que cuestione la inteligencia de sus habitantes.
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