martes, 10 de diciembre de 2019

TIAR: Títeres Imperialistas Asesinos Represores


Como una de esas leyendas urbanas que pretende sembrar en el imaginario de los pueblos, el presidente de Colombia, Iván Duque, ha tratado de crear con el cuento del TIAR que Venezuela es un peligro para Latinoamérica. Sin mirar hacia atrás, el Porky neogranadino habla de cerco diplomático para aislar a nuestro país para lograr la paz en la patria de Bolívar.
Duque, quien tiene varias semanas con fuertes protestas que desnudan la crisis de Colombia, no ha podido contener a los movimientos sociales, sindicales, estudiantiles, indígenas en las calles, quienes reclaman justicia por las muertes de sus líderes. Es como el ciego que no quiere ver su propia crisis.
Su preocupación, y casi llora por ello, es la situación migratoria de los venezolanos que le ha reportado a su gobierno más de 100 millones de dólares. Es decir, el Paraco presidencial vive de la situación crítica que atraviesan los venezolanos en Colombia.
Al igual que el gobierno imaginario de Juan Whitedog que atraviesa una de las peores tramas de corrupción que ha vivido Venezuela en 200 años de vida republicana, Duque ha conseguido con el envío de ayuda humanitaria, tanto del gobierno norteamericano como de la Unión Europea, el mejor negocio de su vida.
Pero la fantasiosa posición del gobierno colombiano, es señalar que Venezuela pretende “entronizar” al narcotráfico en Colombia, por lo cual representa una amenaza. Hay que ser caradura para utilizar ese argumento, cuando es demostrativo que la propia Organización de Naciones Unidas (ONU), calificó a la República Santandereana como el mayor productor de drogas en el mundo. Eso es como el ladrón que comete la fechoría, y al intentar huir tras una persecución policial, ese delincuente grita “allá va el ladrón”.
Con una historia de violencia por más de 70 años, el SubPresidente Iván Duque manipula a la opinión pública, cuando dice que en el territorio venezolano se encuentra la guerrilla. Lo que si es claro es que el gobierno nacional, presidido por Nicolás Maduro ha dado duros golpes continuos al paramilitarismo, con el desmantelamiento de la banda los Rastrojos, guardia pretoriana del Autoproclamado.
Como agente del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, es claro que Iván Duque se autoproclamó como jefe de campaña del uruguayo, para continuar al frente de ese cargo.
Luis Almagro, tal como lo logró en Bolivia, pretende urdir un Golpe de Estado en Venezuela, porque ese es el compromiso hecho con el gobierno de Donald Trump, entregarle en bandeja de plata las riquezas de nuestro país, con la complicidad del gobierno colombiano.
Duque, como excelente alumno de Álvaro Uribe Vélez, pretende resarcir los anhelos de Francisco de Paula Santander, enemigo acérrimo del Padre de la Patria, y autor intelectual de la muerte del Gran Mariscal de Ayacucho en Berruecos, de invadir este territorio lleno de historia soberana, independiente y libertaria.
La obsolescencia del TIAR, como instrumento de intervención militar en el suelo patrio, es un escenario bufo del Grupo de Lima que pretende decidir el destino de los pueblos Latinoamericanos.
Ese Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca más que un conjunto de acciones belicistas contra la República Bolivariana de Venezuela, es una agrupación de TITERES IMPERIALISTAS ASESINOS REPRESORES

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