jueves, 19 de diciembre de 2019

Curiosidades del Congreso de Angostura


Diciembre de 1819
Luego de sometida a la plenaria el proyecto de la Ley Fundamental de Colombia la cual resultó aprobada por unanimidad, se procedió a la elección de presidente del Estado de Colombia, resultó electo por uniformidad de los 17 votos su excelencia el General Simón Bolívar.
Se continuó la de vicepresidente obteniendo Francisco Antonio Zea 14 votos. En este acto, el General Rafael Urdaneta, el Gobernador Político de la provincia de Antioquia, Manuel Restrepo, y General Francisco de Paula Santander obtuvieron un voto respectivamente.
Con respecto a la elección de los vicepresidentes de Cundinamarca y Venezuela, Juan Germán Roscio manifestó que antes de procederse, debían prescribirse las reglas y facultades de estos empleos; moción apoyada por el diputado de Margarita Domingo Alzuru, por lo se declaró que una ley establecería, sin que por su falta se suspendiese la elección.
Para vicepresidente de Cundinamarca fue electo Francisco de Paula Santander, con 16 votos, y para Venezuela, Juan Germán Roscio, con 13 votos; dos votos Rafael Urdaneta, uno el General José Antonio Páez. Para la vicepresidencia de Quito, se aprobó se eligiese en aquella capital.
Luego de publicadas solemnemente dichas elecciones por su respectivo orden, los asistentes a esta sesión aclamaron a los electos con repetidos vivas. Posteriormente, el Presidente levantó la sesión.

Bolívar jura como presidente de Colombia
El 24 de diciembre, en la capital de Guayana, en la sala de sesiones se nombró una comisión de diputados integrada por Francisco Conde, Ramón García Cádiz y Luis Tomás Peraza para conducir al presidente del Estado de Colombia, General Simón Bolívar, al palacio del soberano congreso para prestar el juramento respectivo, donde fue recibido en una gran ceremonia protocolar. Con su acostumbrada moderación, luego de su juramentación, el Libertador dijo que aunque sus talentos y luces no eran tales como deseaba el cuerpo soberano para el desempeño de tan grandiosa empresa, no excusaría fatiga ni sacrificio alguno para el exterminio de los enemigos de la República. Añadió que sus operaciones serían siempre marcadas con el debido respeto a las leyes que el soberano congreso dictase; y que hacía presente que siendo conveniente dar al Poder Ejecutivo todo el lleno de su autoridad que demandaba el actual estado de la guerra, sus lazos no debían estrecharse de modo que se rompiesen.

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