martes, 27 de marzo de 2018

Donald Trump el cleptómano


Hay  un hecho que demuestra la locura del presidente de los Estados Unidos. Ha confundido los términos de Criptomanía con Cleptomanía. Mientras Venezuela insurge en la modernización de las divisas digitales, con la creación del Petro, Donald Trump aparece con un comportamiento cleptómano en querer apropiarse de la autodeterminación de nuestro pueblo y toda  su riqueza. Mientras el presidente Nicolás Maduro está en la búsqueda de soluciones concretas para enfrentar la guerra económica, creada por el Departamento del Tesoro, empresas Polar, Fedecámaras y sus cipayos aduladores, quienes utilizaron el escenario de la Asamblea Nacional para declarar la criptomoneda de ilegal.
Hoy, los diputados, Rasputines de la Derecha, mantienen silencio, para que pase por debajo de la mesa, que ellos en su desacatada Asamblea Nacional, descalificaron la inédita creación de la Petromoneda, la cual cuenta con respaldo internacional, por el orden de 5 mil millones de dólares.
Donald Trump  al dictar una medida de prohibición de realizar transacciones con el Petro, es como decirles a los gringos que queda prohibida la venta de armas  de fuego para matar estudiantes en las escuelas. Esa es la comparación que conseguí, en vista de que son muchos los políticos gringoides que se aprovechan de la Asociación del Rifle, al recibir cuantiosas contribuciones para mantener la venta de armas, segunda entrada a la economía norteamericanas, después de la compra y uso de drogas, cuyo principal exportador es Colombia.
Donald Trump, en su creciente cleptomanía de apropiarse de las riquezas del medio oriente, adiciona a su comportamiento psíquico una admiración por la Federación Rusa que incluye haberse casado con  Ivana Zelníčková, en primer lugar y, luego con   Melania Knauss, una conejita de Hugh Hefner, aquel personaje de Playboy. Por sus nombres, Donald Trump ha querido ser un hijo de Putin y la salida que le ha dado a su vida, es haberse casado con mujeres eslavas. La cleptomanía de El Donald, como lo llaman sus íntimos. Será que Julio Borges y Luis Florido le dirán así. No creo. Es que Venezuela se rinda con una guerra económica que ha puesto a un pueblo de píe para enfrentar las inverosímiles políticas del sistema financiero nacional e internacional. Porque así lo enseñó Hugo Chávez, tener conciencia del deber social.

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