Hay un hecho que demuestra la locura del
presidente de los Estados Unidos. Ha confundido los términos de Criptomanía con
Cleptomanía. Mientras Venezuela insurge en la modernización de las divisas
digitales, con la creación del Petro, Donald Trump aparece con un
comportamiento cleptómano en querer apropiarse de la autodeterminación de
nuestro pueblo y toda su riqueza.
Mientras el presidente Nicolás Maduro está en la búsqueda de soluciones
concretas para enfrentar la guerra económica, creada por el Departamento del
Tesoro, empresas Polar, Fedecámaras y sus cipayos aduladores, quienes
utilizaron el escenario de la Asamblea Nacional para declarar la criptomoneda
de ilegal.
Hoy,
los diputados, Rasputines de la Derecha, mantienen silencio, para que pase por
debajo de la mesa, que ellos en su desacatada Asamblea Nacional, descalificaron
la inédita creación de la Petromoneda, la cual cuenta con respaldo
internacional, por el orden de 5 mil millones de dólares.
Donald
Trump al dictar una medida de
prohibición de realizar transacciones con el Petro, es como decirles a los
gringos que queda prohibida la venta de armas
de fuego para matar estudiantes en las escuelas. Esa es la comparación
que conseguí, en vista de que son muchos los políticos gringoides que se
aprovechan de la Asociación del Rifle, al recibir cuantiosas contribuciones
para mantener la venta de armas, segunda entrada a la economía norteamericanas,
después de la compra y uso de drogas, cuyo principal exportador es Colombia.
Donald
Trump, en su creciente cleptomanía de apropiarse de las riquezas del medio
oriente, adiciona a su comportamiento psíquico una admiración por la Federación
Rusa que incluye haberse casado con
Ivana Zelníčková, en primer lugar y, luego con Melania Knauss, una conejita de Hugh Hefner,
aquel personaje de Playboy. Por sus nombres, Donald Trump ha querido ser un
hijo de Putin y la salida que le ha dado a su vida, es haberse casado con
mujeres eslavas. La cleptomanía de El Donald, como lo llaman sus íntimos. Será
que Julio Borges y Luis Florido le dirán así. No creo. Es que Venezuela se
rinda con una guerra económica que ha puesto a un pueblo de píe para enfrentar
las inverosímiles políticas del sistema financiero nacional e internacional.
Porque así lo enseñó Hugo Chávez, tener conciencia del deber social.
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