El 5 de marzo de 2013, a las 4 y 25 de la
tarde, la emoción y la tristeza embargaron a todos los venezolanos de buena
fe. Aquellos que han hecho del legado del Comandante Eterno de la Revolución su
principio de vida y preparados para el combate.
Hugo Chávez, así como lo llama familiarmente el
pueblo venezolano, a 72 meses de su retiro físico de este plano terrenal, su
pensamiento continúa siendo símbolo de esperanza de quienes estamos seguros que
el socialismo y la revolución es el verdadero paso, para caminar de manos del
Liberador de Pueblos Humildes.
Ya el 8 de diciembre de 2012, el Comandante Presidente comenzó a pincelar las
circunstancias que viviría la República Bolivariana de Venezuela en los
subsiguientes años, hasta el día de hoy: No faltarán los que traten de
aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la
restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria.
No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que
fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios,
los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares,
es unidad, lucha, batalla y victoria.
Esa noche, Chávez como el Libertador abrió su
corazón ante el delirio del Chimborazo cuando el Tiempo se le presentó como un
venerable viejo, para avizorar el futuro que le depararía a la patria, ante una
eventual ausencia de su liderazgo. Esa noche, los venezolanos fieles creyentes
del pensamiento y guía del Comandante, vimos que él seguía al píe de la letra
esa extraordinaria prosa del Padre Simón Bolívar: cito "Observa —me dijo—,
aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus
semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los
secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres". Esa
noche, Chávez reveló ante el pueblo lo que el cielo le contó. Dijo la verdad.
En metáfora le describió a la nación que ocurriría después del 5 de marzo. Ya
Hugo Chávez sabía que trascendería la inmortalidad. El soñó su propio viaje
hacia un plano superior.
No se equivocó Pablo Neruda en su Canto a Bolívar.
La historia es la historia. Ella tiene su pasado, su presente y su futuro. Y
aquí se transmutó el pasado que representó el Padre Libertador para que 200
años después, como en el poema de Neruda, se hace presente la imagen de Chávez:
Tu espada está naciendo
Otra vez tu bandera
Con sangre se ha bordado
Los malvados atacan
Es cierto, allí están los malvados, los apátridas
representado por la Derecha que trata de apropiarse de la simbología de Hugo
Chávez para engañar a un pueblo que aprendió con el Comandante que ya en
Venezuela no hay pendejos. Ahora todos somos hijos, hermanos, sobrinos, nietos
del Comandante Eterno de la Revolución. Por eso, Nicolás Maduro tiene la
responsabilidad de cuidar ese legado que el pueblo le otorgó el domingo 20 de
mayo de 2018. Somos pueblo, y contigo se
abren los espacios para una etapa más del socialismo. Hoy a seis años de su
partida física, no podemos decir: Chávez descansa en paz, porque un guerrero de
la luz siempre tendrá presente que hoy tenemos la Patria más viva que nunca,
ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado.
Independencia y Patria Socialista
Viviremos y venceremos
Hasta la Victoria Siempre
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