Nunca imaginó José
Antonio Anzoátegui que a las pocas horas de haberse celebrado su
cumpleaños 30, la muerte lo sorprendería sin haber disfrutado
largamente el triunfo de Boyacá, batalla que lo inmortalizó y lo
llevó a la historia para ser reconocido como el artífice de la
Independencia de la Nueva Granada, el sábado 7 de agosto de 1819.
Allí en Pamplona,
Anzoátegui recibió la visita de los vecinos de esta importante
población neogranadina, quienes decidieron prepararle un agasajo por
partida doble: sus 30 años de edad y su nombramiento como Comandante
del Ejército Unido del Norte, en reconocimiento a su extraordinario
desempeño como conductor de la victoria de Boyacá. Sus propios
compañeros de armas, entre ellos Francisco de Paula Santander,
deciden organizar el condumio.
El domingo 14 de
noviembre de 1819. un gran banquete engalana la residencia donde se
lleva a cabo el evento social, ubicada en la Calle Real , la cual
data del siglo XVIII. Durante todo el día se lleva a cabo la
celebración popular. Grandes deseos marcan el futuro promisor del
joven general. Santander muy apartado del lugar donde se encuentra
José Antonio Cayetano de la Trinidad Anzoátegui Hernández, se
rodea de sus más cercanos colaboradores. Poco comparte con
Anzoátegui. Pero a la hora de la comida ocupa un puesto al lado de
patriota barcelonés.
Entrada la noche,
Anzoátegui comienza a sentirse mal. Le pide a su amigo, el joven
comandante Diego Ibarra, que tomara su sitio en el banquete mientras
él iba a descansar. A las 10 de la noche de ese 15 de noviembre,
fallece el más joven General de la Patria. El más fiel de los
fieles al Libertador Simón Bolívar.
Hoy 15 de noviembre
2019, son 200 años de la muerte de Anzoátegui. Aún no se esclarece
la causa de su deceso. El 15 de noviembre de 1819 el doctor Tomas
Foley, de la legión británica, consigna el parte oficial. La causa
del fallecimiento de Anzoátegui “Fiebre”. Otra consecuencia
para su fallecimiento: Accidente cerebro vascular (ACV) o embolia.
Esta causa estaría vinculada a que luego de ingerir sus alimentos,
Anzoátegui se retira a su habitación, donde es esperado por Cecilia
Gómez, una joven de 15 años. De tal manera, que aparentemente una
embolia acabó con la vida de tan insigne soldado de la Patria.
Sin embargo, otras
versiones rodean el misterio de la muerte de José Antonio
Anzoátegui. Se siempre se ha dicho que pudo ser envenenado por
órdenes de Santander, envidioso de su gloria, su sapiencia y su
futuro. Se dice que fue usado arsénico en una ración de lechosa.
El Padre de la
Patria, Simón Bolívar, luego de Boyacá, había planificado el
futuro de Anzoátegui como pieza fundamental para la emancipación
del sur. En una carta enviada dos días antes de la muerte del
nuestro epónimo barcelonés, Bolívar le dice: Cuide mucho de la
Guardia, y recuerde que en ella tengo puesta toda mi confianza. Con
ella, después de haber cumplido nuestro deber con la Patria,
marcharemos a libertar a Quito; y quién sabe si el Cuzco recibirá
el beneficio de nuestras armas; y quizás el argentino Potosí sea el
término de nuestras conquistas.
En el bicentenario
de la muerte de Anzoátegui, solo nos queda recordar que José
Antonio, o Toño como lo llamaban sus amigos del barrio El Arroyo de
Barcelona, donde había nacido el 14 de noviembre de 1789. Allí en
la calle El Socorro despertó el sentimiento por la independencia,
para lo cual se convirtió en uno de los alumnos del coronel
Sebastián de Blesa , jefe de la Academia Militar de
Barcelona, comenzó su vuelo hacia la Gloria y la Libertad.
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