Diciembre
de 1819
Luego
de sometida a la plenaria el proyecto de la Ley Fundamental de
Colombia la cual resultó aprobada por unanimidad, se procedió a la
elección de presidente del Estado de Colombia, resultó electo por
uniformidad de los 17 votos su excelencia el General Simón Bolívar.
Se
continuó la de vicepresidente obteniendo Francisco Antonio Zea 14
votos. En este acto, el General Rafael Urdaneta, el Gobernador
Político de la provincia de Antioquia, Manuel Restrepo, y General
Francisco de Paula Santander obtuvieron un voto respectivamente.
Con
respecto a la elección de los vicepresidentes de Cundinamarca y
Venezuela, Juan Germán Roscio manifestó que antes de procederse,
debían prescribirse las reglas y facultades de estos empleos; moción
apoyada por el diputado de Margarita Domingo Alzuru, por lo se
declaró que una ley establecería, sin que por su falta se
suspendiese la elección.
Para
vicepresidente de Cundinamarca fue electo Francisco de Paula
Santander, con 16 votos, y para Venezuela, Juan Germán Roscio, con
13 votos; dos votos Rafael Urdaneta, uno el General José Antonio
Páez. Para la vicepresidencia de Quito, se aprobó se eligiese en
aquella capital.
Luego
de publicadas solemnemente dichas elecciones por su respectivo orden,
los asistentes a esta sesión aclamaron a los electos con repetidos
vivas. Posteriormente, el Presidente levantó la sesión.
Bolívar jura como presidente de Colombia
El
24 de diciembre, en la capital de Guayana, en la sala de sesiones se
nombró una comisión de diputados integrada por Francisco Conde,
Ramón García Cádiz y Luis Tomás Peraza para conducir al
presidente del Estado de Colombia, General Simón Bolívar, al
palacio del soberano congreso para prestar el juramento respectivo,
donde fue recibido en una gran ceremonia protocolar. Con su
acostumbrada moderación, luego de su juramentación, el Libertador
dijo que aunque sus talentos y luces no eran tales como deseaba el
cuerpo soberano para el desempeño de tan grandiosa empresa, no
excusaría fatiga ni sacrificio alguno para el exterminio de los
enemigos de la República. Añadió que sus operaciones serían
siempre marcadas con el debido respeto a las leyes que el soberano
congreso dictase; y que hacía presente que siendo conveniente dar al
Poder Ejecutivo todo el lleno de su autoridad que demandaba el actual
estado de la guerra, sus lazos no debían estrecharse de modo que se
rompiesen.
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