“En la ciudad de Santo Tomás de Angostura, a 15
días del mes de febrero del año del Señor de 1819, nono de la independencia de
Venezuela, a las diez y media de la mañana, se reunieron en virtud de citación
del Jefe Supremo de la República, Simón Bolívar, en el palacio del gobierno, para
la instalación del soberano Congreso Nacional, convocado por el mismo Jefe Supremo
en 22 de octubre del año próximo pasado”, así comienza el acta de instalación
del Congreso de Angostura, el cual hoy se conmemoran doscientos años. Y es que
la gloria del Jefe Supremo de la República, está allí incólume, advirtiendo que
Venezuela es una Patria Soberana, Independiente bajo los sacrificios de la
libertad que tuvieron como colofón el derramamiento de sangre de nuestros
hermanos y que hoy un grupo de traidores se la están entregando al Imperio
gringo, bajo la seudonomía de Real Donald I.
Este bicentenario del Congreso de Angostura, nos
obliga a tomar como referente a Barcelona, porque en esta ciudad, el Libertador
Simón Bolívar comenzó a construir ese proyecto constitucional en 1817, allí en
la Casa Fuerte, que para ese entonces era su Cuartel General. Como tierra
impregnada de signos de libertad e independencia, la provincia de Barcelona
tuvo su representación en Angostura: coronel Francisco Parejo, coronel P.
Eduardo Hurtado, licenciado Diego Bautista Urbaneja, licenciado Ramón García
Cádiz y señor Diego Antonio Alcalá.
A las 11 de la mañana tres cañonazos anunciaron la llegada
del Libertador, acompañado de su Estado Mayor General, del gobernador de la
plaza y comandante general de la provincia, y de todos los jefes y oficiales
que se hallaban en Santo Tomás de Angostura. Si aplicamos los elementos
periodísticos, para la construcción de una información, el hecho noticioso está
enmarcado en que Bolívar al abrir la sesión con la lectura de su memorable discurso,
el objeto principal fue exponer los fundamentos del proyecto de Constitución
que se convertiría en la segunda Carta Magna de la naciente Colombia, o la gran
Patria Grande. Entre ellas confirmar la libertad de los esclavos, la cual hoy,
sin embargo, se pretende acuñar bajo una nueva simbología: Ser sometidos a la
esclavitud del neocolonialismo gringo, bajo la pretensión imperial de la
doctrina Monroe y la presencia fantasmagórica de Francisco de Santander, el
Judas de Colombia traidor por siempre del Padre de la Patria.
De haber asistido a la instalación del Congreso de
Angostura, cerraría la noticia más importante de la época de la siguiente
forma: Terminado su discurso, el
General Simón Bolívar expresó "El Congreso de Venezuela está instalado; en
él reside desde este momento la soberanía nacional: mi espada (empuñándola) y
las de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a sostener su
augusta autoridad. ¡Viva el congreso de Venezuela!". A esta voz, repetida
muchas veces por el concurso, se siguió una salva de artillería.
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