A 16 años del Golpe de Estado contra el Comandante
Hugo Chávez, todavía no se ha logrado descifrar de quien fue aquel grito que el
12 de abril de 2002, en el salón Ayacucho de Miraflores, expresó a Pedro
Carmona Estanga, el efímero dictador, aquella salamera expresión de “Te
queremos Pedro”. Unos dicen que fue el padre Luis Ugalde, quien aún se pelea
con el Cardenal Ignacio Velasco esa arenga fascista y jalabólica. Sin embargo,
este último sacerdote, no puede reclamar ese crédito, al mejor estilo del
arzobispo Narciso Coll y Pratt, arengista del temible José Tomás Boves, cuando
el sanguinario asturiano llegó a Caracas el 16 de julio de 1814, porque murió
el 6 de julio de 2003. Este cardenal es el mismo que se trasladó a La Orchila,
para que Chávez firmara la renuncia a la presidencia de la República.
“En el nombre de Dios hijo, vine aquí para que me
firme la renuncia”, le dijo Velasco al presidente Chávez, como una forma de
ganarse la confianza de Pedro El Breve, a los fines que se le restituyera a la
iglesia católica los beneficios que la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, les arrebató. Beneficios que fueron otorgados en la primera
Constitución de 1811.
La voz aguda de ese personaje que parece recorrer
las calles de Caracas, como ánima en pena, dicen que fue copiado de aquellas
expresiones de las películas de Pedro Almodóvar, como parte de ese libreto
generado por la sociedad civil desde el
11 de abril, en un claro desprecio al pueblo venezolano, quien eligió el 6 de
diciembre de 1998 al líder de la revolución bolivariana como presidente de la
República.
Lo que si es claro, es que los personajes que
generaron el Golpe de Estado de abril de 2002, están allí recorriendo el mundo
para que se apliquen más sanciones a nuestro país. Ya no está Charles Shapiro,
embajador de los Estados Unidos, cumpliendo las instrucciones de George Bush.
Ahora, el propio “emperator” Donald Trump dicta las órdenes directamente. Han
gastado demasiados dólares para salir de Nicolás Maduro que el Departamento del
Tesoro y el Departamento de Estado, decidieron que Borges, Ramos Allup,
Henrique Capriles, Leopoldo López, a través de Lilian Tintori.y María Corina
Machado no recibieran más dinero. “Es más barato invitarlos a comer, que darle
real”, dijo Trump a Marco Rubio, agente colonial del senado norteamericano para
construir la intervención extranjera contra Venezuela.
Hoy a 16 años de ese Golpe de Estado, el reality
show continúa, bajo un guión al mejor estilo de Leonardo Padrón, con los mismos
personajes disputándose la presidencia de la República. Dicen ellos que no hay
mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Por ello, Antonio Ledezma
dice tener más méritos que Julio Borges, mientras que en esa disputa entra
Henry Falcón, como candidato presidencial apoyado por muchos que fueron a
Miraflores el 12 de abril de 2002, para abrazarse con Pedro Carmona, entre ellos
Claudio Fermín y Eduardo Fernández.
Ledezma aspira, por lo menos que le griten en la
Cumbre de Las Américas: Te queremos Antonio. Para sentirse presidente de la
República aunque sea por un rato, tal como lo sintió Pedro Carmona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario