Para
quienes conocen someramente la historia de Perú, no es extraño que el gobierno
de ese país, como miembro del Club de Presidentes fracasados, conocido como
Grupo de Lima, hayan decidido no invitar al presidente Nicolás Maduro a la
Cumbre de las Américas, a celebrarse en abril de este año en la capital
peruana.
Esa
misma oligarquía que ha ostentado el poder por más de siglo y medio en el Perú,
también llamaron al Padre de la Patria Grande Simón Bolívar *dictador*, a raíz
del desconocimiento que hizo José de La Mar, presidente de esa época, de la
autoridad de Bolívar, y pidiendo la entrega de los territorios emancipados por
Bolívar y Sucre en la batalla de Ayacucho en 1824.
Así
que no extraña que estos representantes del mantuanismo limeño, quienes no son
originarios de esa tierra Inca, sino descendientes directos de europeos y
vinculados a grandes familias gringas, hayan aprobado por unanimidad no dejar
entrar al presidente Nicolás Maduro a tierras peruanas.
Ha
dicho Cayetana Aljovin, canciller de esa nación, que el presidente Bolivariano
y venezolano tiene prohibición de entrada a ese territorio. Por supuesto, la
señora Cayetana tiene de peruana lo que yo de astronauta. Ella, cabecilla de la
privatización de las telecomunicaciones en el Perú y directora general de Bell
South, algo así como Movistar, no tiene la catadura política para anunciar tal
decisión. La diferencia que pudiera tener la señora Aljovin con un peruano es
que fue escogida por Pedro Pablo Kuczinky, para formar parte de su gabinete, es
tener los ojos azules, para que no la confundan con un
*"patarrajada"* de la chusma peruana. Porque allí en Perú si hay diferencias
sociales.
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