El
presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, cuyo apellido, oriundo de
Guipúzcoa, provincia vasca, como los Mendoza, Machado, Zuloaga, es
probablemente descendiente de Miguel de Larrazábal, condenado a cuatro años por
holgazán, conocido hoy como vago, a navegar en un barco, recluido en un
calabozo, entre Europa y América por
aprovecharse de las riquezas producidas por la Compañía Guipuzcoana, ha dicho
que Venezuela ha retrocedido 70 años en su geopolítica, llámese económica,
social y política, cuestionando y radicalizando su posición peor que Jorge
Roig, su antecesor en la presidencia de esa franquicia que reúne a quienes han
explotado a este país bajo el nombre de Federación de Cámaras y Asociaciones de
Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) .
El
señor Larrazábal, quien constantemente habla de cambiar el modelo político,
para modificar la economía nacional, es uno de esos holgazanes que siempre ha
gustado navegar en las aguas del gobierno, producto, quizás, de esa herencia
marinera de los Larrazábal.
Carlos
Larrazábal, actual presidente de Fedecámaras, no puede compartir el modelo
político de la revolución, por su innegable formación académica adquirida en
The University of Dallas, en Cornell University - Johnson Graduate School of
Management, es decir con una cultura universitaria adquirida en los Estados Unidos
no puede compartir la propuesta revolucionaria de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Carlos Larrazábal González Delfino es hijo de Eduardo Larrazábal Berrizbeitia,
quien en sociedad con Franz Weibezahn Massiani, Erimar Vonder Osten, Luis
Alberto Rivas Larrazábal, reciben de Eduardo Mendoza Goiticoa., designado por
Rómulo Betancourt en 1945, como ministro
de Agricultura y Cría, padre de Antonieta Mendoza de López, madre de Leopoldo
López, el Hato Masaguaral para explotarlo y convertirlo en una fundación, producto
del usufructo de las tierras donde antes estuvo el Hato Flores Moradas,
confiscado a la familia del dictador Juan Vicente Gómez. Allí los gringos han
desarrollaron un extenso cultivo de
huevos de baba y otras especies de la fauna llanera. Con esas facilidades
otorgadas por los gobiernos de la Cuarta República, el señor Carlos Larrazábal
tiene, con sobrada razón, en decir que Venezuela ha retrocedido en lo económico
70 años. Sin dejar de mencionar que Carlos Larrazábal ha estado vinculado a
Manpa, productora de papel, al diario El Nacional y Súmate, entre otros.
Definitivamente,
los orígenes de Larrazábal están unidos a la genética de la Guipuzcoana,
compañía que, a partir de 1730, monopolizó el comercio de Caracas con España.
Por lo tanto, aplicando una comparación, pudiéramos decir que la Guipuzcoana
fue la Fedecámaras del siglo XVIII, y que posteriormente se convirtió en la
reunión de todos esos empresarios que han monopolizado la industria y comercio
de Venezuela. De allí que el cambio político que propone es para retomar ese
monopolio de las empresas del Estado venezolano. Es el fantasma de Miguel de
Larrazábal que trata de retomar la vagancia en provecho de unos pocos y llevar
a Venezuela a los avatares de la Cuarta República.